La crisis sanitaria provocada por la pandemia del coronavirus ha afectado a todos los sectores de la sociedad, incluido el mercado inmobiliario. Las restricciones de movilidad, los confinamientos, la incertidumbre laboral… ha obligado al sector a adaptarse a esta difícil situación.
Como consecuencia, durante el año 2020 se ha producido una bajada de los precios medios de compra de la vivienda, con un descenso medio de los precios en el conjunto de España del 2,3% desde el inicio de la pandemia en marzo. Esta bajada sin embargo ha sido desigual en todo el territorio, notándose más en grandes ciudades, zonas de costa y segundas residencias. Esto es debido fundamentalmente a una disminución de la demanda y un importante incremento de la oferta, sobre todo en las grandes ciudades. En Barcelona, por ejemplo, las casas se abarataron un 6,8% durante el segundo semestre del 2020 y en Madrid un 3,75%. También ha ayudado a este aumento de la oferta de inmuebles la bajada de turistas, con el trasvase de pisos turísticos a los pisos de alquiler tradicional.
En cuanto al mercado de alquiler, también se ha producido un descenso de los precios medios durante el pasado año, además de un importante crecimiento de los alquileres más económicos. Cabe destacar además un importante número de negociaciones de las rentas entre inquilinos y arrendadores para ajustarse a esta época tan difícil en que las rentas familiares se han visto fuertemente afectadas.
Otros tipos de inmuebles como las oficinas también han sufrido los efectos de la pandemia, con un mercado laboral plagado de ERTES y con la figura del teletrabajo adquiriendo cada vez más importancia. Un escenario en el que muchas empresas se han planteado el mantener sus oficinas físicas o adaptarlas a la nueva situación social. También los centros comerciales se han visto afectados con una reducción de la afluencia de público de un 40% en 2020.
Sin embargo, a diferencia de la anterior crisis económica en España, los expertos coinciden en que el sector inmobiliario está preparado para liderar la recuperación económica durante los próximos años y España sigue siendo un país muy atractivo para los inversores.